La noche trágica del 7 de septiembre del año 2017 nos sorprendió con un terremoto con intensidad de 8.2 grados; la tragedia fue terrible para todos desde el primer instante.

En el Istmo, especialmente los pueblos de Juchitán de Zaragoza, Asunción Ixtaltepec, Unión Hidalgo e Ixtepec, quedaron heridos, miles de casas destruidas y un sin fin de víctimas.

El día 8, el recuento de los saldos nos provocó a todos un gran dolor que a varios años de distancia no hemos podido superar.

Pareciera que fue ayer porque muchos no hemos podido dejar atrás la agonía que nos lacera en silencio.

Desde aquel momento supimos de la existencia de un antes y un después, porque ya nada fue igual.

Nuestro escenario cambió el mismo instante en que sobrevino la desgracia, en el suelo vimos las casas derrumbadas convertidas en polvo y escombro, los cuerpos de nuestros muertos bajaron al sepulcro y durante aquellos días muchos no dejamos de llorar.

El miedo y la incertidumbre invadieron a todos mientras veíamos crecer la desesperación de familias enteras que lo perdieron todo, durante esas noches, nadie dormía tranquilo y la incertidumbre se volvió moneda corriente para todos.

Fueron días muy difíciles de superar, nos hermanaba el dolor y la solidaridad era la respuesta que buscábamos mientras aprendíamos a convivir con las réplicas del terremoto, a cada instante.

Nuestros abuelos permanecieron mudos durante días y dejaron de narrar sus viejas historias para enfrentar el presente, nuestras mujeres, incansables, acompañaron en todo momento a los hombres en casi todas las faenas.

El terremoto nos había dejado una pesada huella a todos y traerlo a la memoria, a siete años de distancia, aquel cruento escenario, todavía duele y duele mucho. 

Sin embargo, día a día hemos sabido lidiar y crecer como seres humanos como en aquellos momentos de solidaridad y hermandad entre mexicanos, comprendiendo que, a la naturaleza no la podemos parar, solo respetar y agradecer por un día más.

Desde entonces, las labores de reconstrucción de casas, templos y edificios públicos se ha llevado a cabo en diversas etapas. 

De acuerdo con cifras del actual gobierno federal, que encabeza todavía Andrés Manuel López Obrador, el próximo 19 de septiembre serán entregadas de manera oficial varias obras de rehabilitación de alta trascendencia, entre ellas la primera parte del Palacio Municipal y el templo de San Vicente Ferrer en Juchitán de Zaragoza. 

Fuentes consultadas por Sentido Istmeño Noticias corroboraron que funcionarios federales y el Gobernador Salomón Jara Cruz serán los encargados de encabezar los actos de entrega.

El director del Instituto de Patrimonio Cultural del Estado, Fernando Molina Herbert, señaló en una entrevista pasada que ambos trabajos forman parte del Programa Nacional de Reconstrucción y que desde agosto pasado registraban un avance cercano el 100 por ciento.

“En los inmuebles de Juchitán estamos en la última etapa de la reconstrucción; prácticamente en el Palacio Municipal estamos en un tema de acabados, ahí se contempla concluirlo a finales del mes de septiembre. 

“Sin embargo, como es conocido, hubo un área que colapsó. Esta área sí se va a ver en una etapa posterior… ahorita estamos trabajando sobre el proyecto”, explicó Molina Herbert, en entrevista.

“El templo de San Vicente Ferrer se tiene contemplado darlo a la comunidad para su uso igual en las fechas del mes de septiembre, con el cambio del gobierno federal y la salida del presidente Andrés Manuel López Obrador”, precisó.

 En el caso del Palacio Municipal refirió que durante la actual administración del gobierno de México se han invertido 100 millones de pesos, mientras que en el templo de San Vicente Ferrer el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es el que ha hecho la inversión de manera directa.

 Otro de los inmuebles que será entregado en Juchitán es el edificio de Símbolos Patrios, que ha recibido inversiones por 24 millones de pesos. 

En lo que respecta a aquel edificio, que será la nueva escuela de Bellas Artes de la UABJO, se tiene previsto reabrir el primer piso, ya que a pesar de estar rehabilitado el lugar tiene que ser adecuado ante su nuevo uso.

El organismo a su cargo, agregó, también trabajó en la reconstrucción de templos de los municipios de Ixtaltepec, Ixtepec, Niltepec, así como en el ex convento de Tehuantepec.

En el caso del municipio de Tehuantepec, las autoridades también intervinieron las iglesias de Santa Cruz y San Sebastián.