Desde el Wéstern Pride 2024, que se celebra en Gotemburgo, Suecia; Joseline Sosa, muxe y activista de los derechos de la diversidad sexual, representó con mucho orgullo como ella lo define a la muxeidad que existe y resiste todas la violencias. 

“No todo es paraíso en el Istmo de Tehuantepec, tampoco amor, florecer, también es necesario decir, que sufrimos violencia desde la niñez y desde todos los tiempos, pero aún así resistimos, por eso nos hacemos llamar muxes”, recalcó la activista originaria de Tehuantepec, Oaxaca.

En el Istmo de Tehuantepec, ser muxe no es ser hombre ni mujeres y tampoco un tercer género, simplemente son un grupo sexual que desde hace más de 40 años exige su reconocimiento, se hacen llamar muxes gunna (homosexuales, travestis, transexuales) o muxes nguiu (lesbianas).

Activista y defensora de los derechos de la diversidad sexual desde hace 20 años, Joselin Sosa representó a los muxes acompañada de la activista trans Kenia Cuevas, en el Wéstern Pride como parte de una visibilización por los derechos de la diversidad sexual, desde las comunidades indigenas. 

“El objetivo es transcender, que la muxeidad trascienda” enfatizó Joselin, quién a través de fotografías y videos mostró parte de su discurso, la cual representó con orgullo vestida con la enagua y el huipil tradicional.

Joseline puso de ejemplo que desde las familias, desde la infancia, desde la raíz, las muxes sufren violencia, un ejemplo citó: “Es cuando el hermano siente pena por tener una hermana muxe y la rechaza porque sus compañeros se burlan de él, esta vivencia, lo vivimos todas”.

Agregó que junto con la activista trans Kenia Cuevas, buscan platicarle a otras culturas que ser muxe no es un paraíso, ni romanizarlo, sino una realidad, pues hay familias que les aman, y otros no.

“Hablar de quienes somos, como vivimos y como disfrutamos de la vida es maravillo desde Ámsterdam, acá hay muchas dudas desde la cultura, y a eso venimos, a hablar de quienes somos, las muxes y nuestra cultura zapoteca”.

Contenta y agradecida con la activista Kenia, Joseline Sosa recalcó que en Oaxaca se experimenta ser muxe, desde una forma distinta y eso es lo valido.

“Las muxes seguimos viviendo violencia y es estructural, sistemática e histórica”, concluyó.