Oaxaca, Oax.-De ser realidad las deportaciones masivas y la promulgación de leyes que ha difundido el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump; en San Dionisio del Mar, las mujeres, esposas de migrantes aseguran que acabaría también con el sueño de “ser alguien en la vida” de sus hijas e hijos.
“Mi hija dejaría la universidad y mi hijo la secundaria, pues su papá cuando migró hace tres años, trabajaba como albañil y no le alcanzaría el sueldo con todos los gastos que tenemos”, dijo María.
En San Dionisio del Mar, tierra ikoots del Istmo de Tehuantepec, las mujeres se dedican a trabajos del hogar y a realizar tortillas de maíz, mientras los hombres son pescadores o laboran en oficios como Jaime, esposo de María.
Para los hombres de este municipio, migrar es una de las mejores opciones para poder lograr que su economía familiar crezca y garantizar seguridad social para su familia.
“Acá era un obrero que ganaba 150
diarios, que no alcanzaba para nada, pero al irse, las cosas mejoraron, ya tenemos nuestra casita y los hijos ya estudian”, dijo María.
Agregó que por el momento se mantiene una tensa calma en la zona donde su esposo se encuentra, sin embargo no así para otros familiares , quienes ya comenzaron a tomar sus precauciones para evitar ser detenidos y posteriormente deportados.
“Hay calma ahorita en el caso de nosotros, así me cuenta mi esposo, que pues ahorita todo bien,pero hay familias donde ya están entrando, sus maridos ya no van a trabajar, se están escondiendo, nos preocupa saber que va hacer la familia para sobrevivir, cuando la única dependencia es lo que él gana allá en los Estados Unidos”, recalcó.
María tiene 39 años y su esposo 43 años, ambos se casaron muy jóvenes y no pensaron que algún día vivieran esta pesadilla como ella lo llama, pues la separación de las familias para vivir supuestamente bien, ahora parece desmoronarse.
“Lo único que nos queda es esperar, acá definitivamente si regresa no es opción, o la pesca o la albañilería, y eso significa que nuestros sueños se truncarían”, concluyó la mujer ikoots.