«Aquella madrugada primero de junio, apoyando en mi cabeza mi batea; firme, como mi fe, cargando el amate y la ropa de mi San Pedro Apóstol caminé por las calles de mi pueblo a lavar al río, allá en la piedra lisa, en las riberas del río El Novillero, donde las rocas son blancas y grandes, donde corre el agua cristalina, cumpliendo mi promesa por amor a San Pedro Apóstol…”.
Esa fue la introducción con que hombres y mujeres de San Pedro Tapanatepec llegaron a la rotonda de Las Azucenas para representar una de sus más ancestrales tradiciones, en el cierre de la fiesta de la Guelaguetza.
Con las mujeres ataviadas en sus bellos trajes dorados con faldas floreadas y los hombres enfundados en camisa y pantalón blanco, la delegación istmeña presentó la tradicional Lavada y Planchada de la ropa de San Pedro Apóstol, que se lleva a cabo el primero y dos de junio de cada año, en la víspera de su fiesta patronal, a finales del mismo mes.
El auditorio Guelaguetza recibió con vítores y aplausos a la delegación istmeña que continuó poniendo en alto el nombre de Oaxaca y México ante los ojos del mundo.