Este 20 de noviembre, oficialmente arrancaron las precampañas a la Presidencia de la República, con tres precandidaturas únicas, Claudia Sheinbaum por Morena, PT y PVEM; Xóchitl Gálvez por el PRI, PAN y PRD; y Samuel García por MC, con una característica peculiar –si es que algo de este proceso electoral no lo es —ellas y él, tienen la precandidatura única.
Y esto, ¿qué quiere decir? Básicamente, que ya tienen ganada la candidatura a la Presidencia de la República y tendremos –de facto- más de noventa días de campaña electoral.
Ahora bien ¿qué pueden hacer el y las precandidatas a la Presidencia de la República?
La ley dice que la precampaña son los actos dirigidos a la militancia de un partido político con el fin de ser postulados como candidata/o a un cargo de elección popular.
Pero, en este caso, queda bastante claro que son las candidatas y el candidato, ¿entonces, resulta necesaria la precampaña? Si además, la misma ley prohíbe (absurdamente) hacer un llamado al voto.
El Tribunal electoral, reconoce la figura de la precandidatura única y el derecho a interactuar o reunirse con la militancia de su partido, lo que no previó fue que los siete partidos nombraran precandidaturas únicas, porque entonces, ¿ya se puede hacer un llamado al voto en las precampañas?
La Ley dice que el llamado expreso al voto es un acto anticipado de campaña y la jurisprudencia lo respaldaba, al decir que una candidatura única no podía realizar estos actos, pues generaba inequidad, asumiendo que en otros partidos políticos habrían por lo menos dos aspirantes a una candidatura.
Veremos pues, a las personas aspirantes a la presidencia de la República, en reuniones, marchas, mítines, difundiendo propaganda por radio y televisión (sí tienen el derecho, pero no pueden contratarlos), haciendo todo lo que se hace en campaña, pero sin poder pedir el voto, que contradictorio ¿no?
Y si alguien lo hace, menuda tarea tendrá el Tribunal, para definir si le niegan el registro de candidatura a la persona que se encontraba en igualdad de circunstancias que sus otras precandidatas.
Lo cierto es, que ya estamos en campaña y de aquí al 02 de julio de 2024, estaremos viendo la transformación del modelo de comunicación política en México.
Por cierto, si la oposición no encuentra forma de atacar a sus precandidaturas, es muy posible que el esfuerzo se cargue para verificar que las autoridades cumplan con lo que señala el Artículo 134 de la Constitución Política, sobre propaganda gubernamental, así que más vale tomar sus previsiones, no los vayan a agarrar en curva.